Los derechos humanos son el hilo conductor de la profesión jurídica

Entrevista  a Cristina Puigdengolas, abogada de la Fundación, con ocasión de su participación en la conferencia ‘‘¿Cómo hacer carrera profesional en el ámbito de los Derechos Humanos?’’ organizada por la Universidad de Navarra.

La abogada Cristina Puigdengolas, que actualmente coordina el proyecto ‘‘Derechos Humanos y Empresas: el papel de la abogacía’’ de la Fundación Fernando Pombo, defendió en la Universidad de Navarra que los derechos humanos son transversales en la profesión jurídica.

Además, explicó cómo se relacionan las empresas en este ámbito y cuáles son los desafíos que enfrentan actualmente.

¿Cómo surgió su vocación por el estudio y la enseñanza en el ámbito de los derechos humanos?

Comenzó desde pequeña. Mis padres me han contado que me llamaban abogado de los pleitos pobres. Además, recibí una formación en los Jesuitas, donde fomentaban el voluntariado y trabajábamos con personas que no pueden ejercer sus derechos porque no tienen dinero o acceso a un abogado que les informe. Cuando estudié Derecho, tenía muy claro que quería hacer abogacía de personas.

Los abogados tenéis un compromiso con la justicia y los derechos humanos.

Es algo que tenemos en común los miembros de la profesión jurídica: la promoción y el respeto a los derechos humanos. Sin esto, no puede existir un Estado de derecho, no puede haber justicia. Es el hilo conductor de la profesión, independientemente de si trabajas en abogacía de los negocios, abogacía del sector público, en el sector privado… Tenemos en común los derechos humanos.

Y en este ámbito, ¿qué desafíos enfrentan actualmente las empresas?

Las empresas tienen una cuenta de resultados y deben ser rentables, por eso a veces parece que hay una incompatibilidad con la protección de los derechos humanos. Pero esto no es real, pues afecta a intangibles como la reputación, la marca…y también a la inversión, al accionariado, clientes…Lo difícil es que en el día a día se identifique que hay derechos humanos que están en juego y en riesgo de violación. La empresa tiene la responsabilidad de que esto no se produzca; también la llave para mejorar las cosas.

¿Por qué resulta complicado?

En el mundo de las multinacionales, parece que cuesta personalizar la actividad de una empresa. Pero la realidad, lo que todas tienen en común, es que están formadas por personas. Por eso, es necesario que se desmitifique que la rentabilidad es incompatible con los derechos humanos.

¿Qué formación debería recibir un jurista que quisiera trabajar en el ámbito de los derechos humanos?

Necesita conocer las estructuras económicas. Tiene que tener una formación mercantil bastante potente. También en filosofía del derecho, porque si no entendemos el concepto de persona, vamos a infravalorar sus derechos; y una base humanística. Los derechos humanos son transversales.

¿Cuáles son los objetivos principales de la Fundación Fernando Pombo?

Trabajamos para que la profesión jurídica esté informada, sensibilizada, al día y al servicio de algo más que los intereses del cliente. Es decir, al servicio del interés público, de la justicia, de que exista un Estado de derecho y que los derechos humanos se respeten.